lunes, 2 de marzo de 2015

El Hobbit: La Batalla de los cinco ejércitos.


Fui a verla porque había quedado con mi sobrino, si no es probable que me la hubiese saltado.
Fui preparado para un tostón como fueron las dos anteriores, que no es que fuesen realmente un tostón, no lo son, pero, al estar la historia tan estirada, realmente salí con esa sensación.
Así que nos plantamos en el cine y...

Me gustó y (¡Sorprendentemente!) no se me hizo larga.

Eso sí, el título te dice todo lo que necesitas saber de la película...
Incluso lo de Smaug (que pasa cómo y cuándo tiene que pasar) queda casi como una anécdota. Casi no te has sentado y...

Pero lo que me cuesta soportar (*) son los buenos sentimientos...
Vamos, que es una pastelada sensiblera. ¡Y no es la primera que veo últimamente!

Y en películas que, a priori, no deberían serlo... o, por lo menos, no tanto.

Ya mencioné no hace mucho el Origen del Planeta de los Simios.

 No lo sé, supongo que seré yo, que mi niveles de cinismo estén disparados y los de tolerancia bajo mínimos, pero de verdad que me fastidia...

Curiosamente, hace unos días fui a ver el Destino de Júpiter, una suerte de comedia romántica juvenil CiFi... ¡Y no me resultó una pastelada!
O igual tiene que ver con las espectativas, en algunas ya te lo esperas y no se te hace tan indigerible como en otras...


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(*) Bueno, también me cuesta soportar a Legolas, y la tensión sexual no resuelta entre el enano y la elfa, y... Pero si le quitas todo eso la peli no está mal.

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